Inicialmente, más que de un país, habría que hablar de varias ciudades-estado principales, con gobiernos independientes: Arados, Berytos (Beirut), Biblos, Sidón y Tiro, todas estas ciudades localizadas en el actual Líbano y corresponden a los periodos históricos de Fenicia. Los fenicios enviaron barcos mercantes por todo el Mediterráneo para fundar colonias en sus orillas, desde Asia Menor hasta la Península Ibérica, como Trípoli, Gadir, (Cádiz), Sexi (Almuñecar), Rusadir (Melilla), Malaka (Málaga), llegando a introducirse tierra adentro hasta Sevilla. Sin embargo su colonia de mayor importancia fue Cartago (al norte de África), que se independizó tras la ocupación de Fenicia por parte de los asirios.
Situados los fenicios en lo que es hoy el Líbano, florecieron hasta la conquista de Alejandro Magno que tuvo lugar el 332 adC. Vivían en ciudades independientes y costeras cercanas al mar, reunidas unas de otras aunque bajo la preponderancia o hegemonía de Sidón hasta el siglo XIII a. C. y de la de Tiro desde esta fecha en adelante, siendo como su ciudad santa o centro moral y religioso la famosa Biblos o Gebal de donde procedían los canteros que trabajaron para el templo de Salomón (lib. III de los Reyes c.V, v.18). . Se extiende y fortifica a orillas del mar.
Cada ciudad tenía su rey y su consejo de ancianos (integrado por unos cien miembros). Sus actividades económicas eran principalmente el comercio marítimo de vidrio, metales, madera de cedro (que sacaban de Biblos) y tejidos (que teñían por el caracol del Mediterráneo, el múrice). De esta forma, se constituyeron en las más poderosas talasocracias del Mediterráneo, a imagen de la extinta civilización minoica. Sus rutas comerciales llegaban hasta las Casitérides en el Atlántico.
Situados los fenicios en lo que es hoy el Líbano, florecieron hasta la conquista de Alejandro Magno que tuvo lugar el 332 adC. Vivían en ciudades independientes y costeras cercanas al mar, reunidas unas de otras aunque bajo la preponderancia o hegemonía de Sidón hasta el siglo XIII a. C. y de la de Tiro desde esta fecha en adelante, siendo como su ciudad santa o centro moral y religioso la famosa Biblos o Gebal de donde procedían los canteros que trabajaron para el templo de Salomón (lib. III de los Reyes c.V, v.18). . Se extiende y fortifica a orillas del mar.
Cada ciudad tenía su rey y su consejo de ancianos (integrado por unos cien miembros). Sus actividades económicas eran principalmente el comercio marítimo de vidrio, metales, madera de cedro (que sacaban de Biblos) y tejidos (que teñían por el caracol del Mediterráneo, el múrice). De esta forma, se constituyeron en las más poderosas talasocracias del Mediterráneo, a imagen de la extinta civilización minoica. Sus rutas comerciales llegaban hasta las Casitérides en el Atlántico.